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‘¡Brilla, Superkid!’

¡Hola, Superkid! Me emociona volver a sumergirme en nuestro estudio de Efesios.

El mes pasado hablamos sobre lo que significa amar en voz alta: es permitir que el amor de Jesús fluya desde tu interior. Eso significa que hemos dejado de intentar ser lo suficientemente buenos. En su lugar, dejamos que Jesús sea la bondad que brilla a través de nosotros. ¡Su amor está en ti! Y, cuando lo dejas brillar, empiezas a parecerte cada vez más a Él.

¿Identificaste la pista que te acabo de dar? ¡Así es! Efesios 5:6-7, La Traducción de la Pasión, habla de la LUZ que brilla. Dice: “No se dejen engañar por aquellos que hablan palabras vacías y enseñanzas engañosas que les dicen lo contrario. ¡Esto es lo que provoca la ira de Dios sobre los rebeldes! No los escuchen ni vivan como ellos en absoluto.”

Para entender lo que Pablo quiere decir con “no se dejen engañar”, tenemos que recordar lo que dijo en los versículos 1-5. Había estado hablando de cómo debemos vivir como hijos santos de Dios, imitándole al andar en amor, sin perseguir cosas como la codicia, la impureza o el egoísmo. Por lo tanto, cuando Pablo dice: “No se dejen engañar por quienes dicen lo contrario”, te está advirtiendo que no escuches a quienes dicen que puedes vivir como quieras, o en tus propias fuerzas, y aun así brillar. ¡Ya no somos así! Ahora tenemos la luz propia de Jesús.

Mira lo que dicen los versículos 8 y 9: “Antes su vida estaba llena de la oscuridad del pecado, pero ahora tienen la luz propia de nuestro Señor resplandeciendo en ustedes gracias a su unión con él. ¡Su misión es vivir como hijos inundados por la luz de Su revelación! Y los frutos sobrenaturales de Su luz se verán en ustedes: la bondad, justicia y verdad”.

Antes estabas en la oscuridad, pero ahora Jesús te ha llenado con Su luz. Y no solo te ha llenado, sino que ¡te ha inundado! No es solo el brillo de una pequeña linterna… es una luz resplandeciente, hermosa e imparable que proviene de ser uno con Él.

Recuerda, Superkid, que esa luz tiene el mismo propósito que Jesús: ¡Brillar en el mundo! Su luz es tu luz, y Su misión es tu misión.

Sería bueno hablar sobre estos puntos en familia, o pasar tiempo meditando y orando sobre cómo te afectan.

  • Un Carácter semejante al de Cristo: Jesús es la luz del mundo (Juan 8:12). Él trae la verdad, revela al Padre e ilumina cada corazón para que pueda ver. Él no solo brilla sobre nosotros, sino que brilla a través de nosotros.
  • Evidencia: A medida que andas con Él, los “frutos de la luz” comienzan a incrementarse en tu vida: la bondad, justicia y verdad. ¡La gente puede ver que Jesús vive en grande dentro de ti cuando esos frutos se manifiestan!
  • Cristo en ti: No estás tratando de ser una luz brillante en tus propias fuerzas. ¡La luz misma vive en ti! Al contemplar a Jesús, al ver cuán bueno, bondadoso y poderoso es, comienzas a brillar como Él. Eso es lo que sucede cuando vives en estrecha amistad con Jesús y le permites guiarte.

Continuemos con los versículos 10-13:

“Entonces aprenderán a elegir lo que es hermoso para nuestro Señor. Y ni siquiera se asocien con los siervos de las tinieblas, porque no tienen fruto en ellos; al contrario, muéstrenles la verdad. Las cosas que hacen en secreto son tan viles y sucias que ni siquiera se pueden mencionar. Todo lo que la luz de la revelación expone, también lo corrige, y todo lo que revela la verdad es luz para el alma”.

Guau. Este tipo de luz no solo brilla, sino que transforma. Cuando la luz de Jesús brilla en tu vida, te ayuda a ver lo que es bueno y lo que no. Es como encender la luz en una habitación oscura: de repente puedes ver lo que hay que quitar y lo que hay que cultivar. Y esto es ENORME: cuando Jesús brilla a través de ti, los demás también pueden verlo. No tienes que predicarles un sermón. Tú, lleno de Su luz, eres el mensaje que necesitan para ver a Jesús.

  • Carácter cristiano: Jesús no ignora la oscuridad, sino que brilla en ella con verdad, bondad y valentía. Nunca retrocede a la hora de exponer el mal, sino que siempre ofrece esperanza y sanidad en la luz.
  • Evidencia: Cuando brillas, no te unes a la oscuridad. ¡Llevas algo mejor! Tu luz puede mostrarles a las personas que sufren que hay otro camino, un camino lleno del amor y la verdad de Jesús.
  • Cristo en ti: No tienes que temerle a la oscuridad. Jesús vive en ti. Cuando permaneces cerca de Él, a través de la oración, la adoración y Su Palabra, Su luz llena tu corazón y tu mundo. Te conviertes en un portador de luz, un revelador de la verdad y un portador de esperanza, tal como Él.

Ahora ya estás listo para el versículo 14. “Por eso dice la Escritura: “¡Despierta, tú que duermes! Levántate de tu ataúd, y la luz del Señor te iluminará”.

Así que, aunque sintamos que estamos atrapados en la oscuridad, Jesús siempre está brillando con Su luz. Él no está enojado. No está decepcionado. Solo dice: “¡Despierta! ¡Ven y brilla conmigo!”

¡Ahora es tu turno, Superkid!

Pídele hoy a Jesús que te ayude a andar en Su luz, sin necesidad de esforzarte más ni actuar “perfectamente”, sino contemplándolo, rindiéndote a Su voz y viviendo en estrecha relación con Aquel que ilumina el mundo. Asi que…

¡Brilla, Superkid!

 

La comandante Kellie ♥

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