Vivimos en un mundo dominado por palabras. Es un hecho que no podemos cambiar. Pero sí podemos cambiar nuestras palabras e impactar nuestras vidas. La decisión es nuestra: Escogemos palabras de fe o palabras de temor.
Vivimos en un mundo dominado por palabras. Es un hecho que no podemos cambiar. Pero sí podemos cambiar nuestras palabras e impactar nuestras vidas. La decisión es nuestra: Escogemos palabras de fe o palabras de temor.