¿Retraso o Interrupción Divina?
4 Notas Mentales para Cuando lo Inesperado Choca con Nuestros Días Ocupados
En la vida te está yendo bastante bien…
Llegaste al trabajo, a la tienda o tal vez al aeropuerto antes de lo que planeaste. No tienes prisa y es posible que tengas un poco de tiempo para ti antes de cumplir con las responsabilidades de tu día.
O tal vez finalmente llevaste a los niños a la escuela, a los abuelos al médico y ahora definitivamente hay algo de tiempo para tí a la vista.
Pero, ¿qué haces cuando el perro se suelta de la correa, no puedes encontrar tus llaves, la niñera cancela, pierdes tu vuelo o se agrega una llamada de Zoom a tu agenda ya llena?
¿Qué sucede en tu cabeza cuando lo inesperado choca con tu ajetreado y, de repente, tu día pasa a cámara lenta y todo ese impulso que tenías desaparece? ¿Es un retraso o una interrupción divina?
Imagínate, por un momento, vivir un estilo de vida en el que realmente buscas, incluso anticipas, este tipo de interrupciones no programadas, con la idea de que algo extraordinario podría surgir de ellas.
Echa un vistazo más de cerca a la letra pequeña de la descripción del trabajo de Jesús mientras estuvo en esta tierra, y es probable que encuentres un alivio a las responsabilidades que diga algo así:
“¡Todos los planes están sujetos a cambios!”
De hecho, si sacaras al azar una página del Diario de Jesús, podría parecerse a Lucas 8:
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Enseñanza improvisada a una gran multitud que se reunió espontáneamente (versículos 4-8)
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Reunión de seguimiento con los discípulos para explicar la enseñanza que no entendieron (versículos 9-18)
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Madre y hermanos aparecieron inesperadamente; se puso un poco incómodo (versículos 19-21)
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Cruzamos el lago con los discípulos; de repente sopló una tormenta (versículos 22-25)
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Inmediatamente se nos acercó un hombre endemoniado (desnudo, violento) (versículos 26-30)
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Los demonios entraron en la manada de cerdos; cerdos ahogados inesperadamente en el lago (versículos 31-33)
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La gente del pueblo se reunió espontáneamente; con miedo, nos pidieron que nos fuéramos (versículos 34-37)
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Una vez cruzamos el lago; un hombre se encontró con nuestro bote, suplicó ayuda, su hija estaba muriendo (versículos 37-42)
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Lo siguió (a Jairo) a casa; en camino, mujer sanada de una hemorragia (versículos 42-48)
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Casi en casa cuando el mensajero nos recibió; La hija de Jairo había muerto (versículos 49-50)
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Llegó a casa; lleno de dolientes (los hizo salir); niña resucitada (versículos 51-56).
Para Jesús, fue solo otro día en la vida: una serie de interrupciones, eventos no planificados a los que Él voluntariamente (incluso fácilmente) se sometió.
Para nosotros hubiera sido un choque de trenes, una pérdida total de un día, ¡incluso un caos!, si lo estudias, al final del día cada una de esas interrupciones que Jesús tuvo que enfrentar hubo un impacto significativo por parte del Espíritu de Dios, y todo porque Jesús se puso a disposición de su Padre, del Espíritu Santo y de las personas que lo rodeaban.
Si estás buscando que más del poder de Dios se manifieste en y a través de tu vida, donde estés experimentando y teniendo un impacto significativo en las vidas de las personas que te rodean, considera hacer estas 4 notas mentales para la próxima vez que tu día sea interrumpido.
Nota Mental n.º 1: Dale la Bienvenida a las Interrupciones
“Jesús se puso en camino y las multitudes lo apretujaban. 43 Había entre la gente una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias,[c] sin que nadie pudiera sanarla. 44 Ella se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, y al instante cesó su hemorragia. 45 —¿Quién me ha tocado? —preguntó Jesús…”
“La mujer, al ver que no podía pasar inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a sus pies. En presencia de toda la gente, contó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante. 48 —Hija, tu fe te ha sanado —le dijo Jesús—. Vete en paz. 49 Todavía estaba hablando Jesús cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: —Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.” –(Lucas 8:42-45, 47-49 NVI)
¡Tic-toc, señora!
¿Quién culparía a un padre desesperado como Jairo por pensar algo así (si es que lo hizo)?
El tiempo lo era todo—, ya que, era de vida o muerte—y Jairo probablemente sintió que él y Jesús estaban avanzando, considerando todas las multitudes.
Entonces, ¡esto sucedió! Y nadie lo vio venir. Aparentemente, ni siquiera Jesús.
Pero observa cómo Jesús manejó la interrupción:
Tan pronto como el mensajero le dio la noticia de la niña, Jesús le dijo a Jairo: “No cedas al miedo… sigue creyendo” (Marcos 5:36, TPT).
¿Miedo de que?
¡Llegamos demasiado tarde! ¡Si no hubiera sido por esta interrupción! ¡No sirve de nada ahora!
¿Cuántas veces te ha estallado la cabeza con ese tipo de pensamientos en medio de un cambio de planes inesperado?
Jairo podría haber culpado a la mujer por la muerte de su hija porque los interrumpió y redujo la velocidad. Pero no lo hizo. Permaneció en la fe, y es obvio que lo hizo, según las instrucciones que Jesús le dio. De lo contrario, su hija no habría vivido. Él no habría recibido su milagro.
Entiende, el avance puede ocurrir en las interrupciones de la vida. Entonces, no maldigas tus interrupciones. ¡Dales la bienvenida!
Así es como Jesús vivió Su vida. Así es como percibió y respondió a las interrupciones en un momento dado en un día determinado, y resultó en el poder manifiesto del Espíritu Santo.
Nota Mental n.º 2: Haz una Verificación de la Realidad
“Cuando venga el Espíritu Santo, él les dirá lo que es la verdad y los guiará, para que siempre vivan en la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que oiga de Dios el Padre, y les enseñará lo que está por suceder”. –(Juan 16:13, TLA)
El hermano Copeland leyó este pasaje durante años, y en realidad nunca significó mucho para él, hasta que un día la realidad explotó en su interior:
¿Quieres decir que el Espíritu Santo me da acceso a todo lo que Dios sabe, y está dispuesto a revelarlo?
¡Eso cambió todo!
Cuando nos vemos atrapados en el ajetreo de la vida, y bajo duras presiones, puede ser un desafío pensar con claridad y realmente ver las cosas como lo que realmente son… diferenciar entre realidad o ficción, realidad o engaño.
Ahí es cuando necesitamos información: ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué está pasando realmente?
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