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Un salvavidas de fe y comunión

En un mundo abrumado por las distracciones y el engaño, los Colaboradores de los Ministerios Kenneth Copeland han contado con algo genuino en qué confiar durante casi cuatro décadas: la Carta al Colaborador mensual de Kenneth Copeland. Más que una simple correspondencia, esta carta es un mensaje sincero arraigado en la oración, la revelación y una profunda conexión espiritual.

Para el hermano Copeland, estas cartas son muy personales. Sus destinatarios no son simples “donantes”, sino personas a las que considera “su familia”.

La tradición de esta carta mensual comenzó bajo la mentoría de su padre espiritual, Oral Roberts. “Oral me explicó la importancia de escribirles a mis Colaboradores como lo hacía el Apóstol Pablo”, recuerda Kenneth. “Me dijo: ‘Quiero que te comprometas con Dios a que, cada 30 días y por el resto de tu vida, orarás en el Espíritu Santo hasta que tengas algo ungido para escribirles a tus Colaboradores, tal como Pablo les escribía a los suyos.”

Ese compromiso nunca ha flaqueado.

“Desde entonces hasta ahora”, dice, “he escrito una carta cada mes a mis amigos colaboradores. No son cartas para recaudar dinero. Dios es mi Fuente, y Él satisface todas mis necesidades. Escribo las cartas porque quiero BENDECIR a mis Colaboradores. Ya que son partícipes de mi gracia (Filipenses 1:7), quiero compartir con ellos las revelaciones que Dios me ha dado.”

“Agonizo por esas cartas. Oro, y oro, y oro, y oro. Luego vuelvo a la oración hasta que oigo lo que hay en el corazón de Dios. A veces llega en medio de la noche. Pero algo es seguro: espero hasta oír del cielo.”

El impacto es innegable. Estas cartas guiadas por el Espíritu han cambiado vidas en todo el mundo, provocando testimonios de salvación, sanidad, liberación, restauración e incremento.

Y ahora, la visión se está expandiendo.

Kenneth Copeland ha declarado su meta de fecreer por 1 millón de Colaboradores que se le unirán para llevar la Palabra incorruptible de Dios desde la cima más alta al valle más profundo, y en todos los confines de la Tierra.

“Dios nos ha llamado a creer en 1 millón de Colaboradores fuertes”, dice Kenneth, “personas que conocen su autoridad en Cristo, andan en amor y están decididas a ver el evangelio predicado a toda criatura. No vamos a retroceder. Seguiremos adelante juntos.”

No se trata solo de aumentar una lista de correo, sino de fortalecer un ejército espiritual global que no dará concesiones con la Palabra de Dios. Se trata de edificar una comunidad de creyentes partícipes de su gracia (Filipenses 1:7), conectados por la fe y empoderados por la revelación.

La Carta al Colaborador sigue siendo una de las herramientas más importantes del alcance global de KCM. Viaja a través de las naciones, conectando el corazón de Kenneth con el de sus Colaboradores y el corazón de Dios con el de Su pueblo. A medida que KCM continúa creciendo hacia esta visión divina, cada carta sirve como un recordatorio: Una palabra de Dios verdaderamente puede cambiar tu vida para siempre. V

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